-No es conveniente que nuestro hermano menor siga así.
-Yo hasta una nieta tengo, ¡y él ni siquiera se ha casado!
-¡Qué vergüenza! Luego por eso se hacen los rumores…
-Antes pues él iba de acá para allá, que por eso no tenía tiempo de conocer a alguien a fondo ¡Pero ahora no tiene escusas!
-Una cosa es que estos emperifollados y serviles que lo rodean insistan en eso del heredero. Pero ¿no acaso nosotras sólo pretendemos que sea feliz?
-Y que cumpla con la obligación de todo hombre de traer hijos a este mundo.
- Mamá y papá ya no están con nosotro
De esta manera le sucedio a Buho Rojo
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XXII. Arrepentimiento
Día 1 Serpiente Año 3 Casa. Flor de Ámbar, cautiva de Búho Rojo […] y Máscara de Agua […]
-Fragmento de la inscripción de la Estela 53 de Danibaá
Salió de la prisión de su palacio a paso lento y con un aire orgulloso.
Los anillos dorados le centelleaban en los dedos. Brillaba el ámbar de sus aretes y los cascabeles de oro en sus mejillas. Su cabello teñido estaba peinado con plumas de águila y garza.
La multitud decía en voz ahogada, casi con temor –Flor de Ámbar, la reina de Danibaá-. Aquella que no podía se
De esta manera le sucedio a Flor de Ambar
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De esta manera le acontecio a Mascara de Agua(VII)
Años más tarde, recorriendo el viejo camino a lo largo del Río de las Mariposas, era inevitable que los recuerdos volvieran una y otra vez a la mente de Máscara de Agua, como los renacuajos que en las pozas trazaban círculos con sus cuerpos. Las lluvias recientes habían anegado los pocos caminos que quedaban y hecho el tránsito más difícil. Los pies se atascaban en el barro. Era difícil decir que ahí había habido alguna vez no un lodazal sino una carretera.
Muchas cosas habían pasado desde entonces. Ahora parecía tenerlo todo, pero antes de aqu&
De esta manera le acontecio a Mascara de Agu
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De esta manera le acontecio a Pluma de Quetzal V
Tenían los pies hinchados y sucios de tanto caminar. Algunos de ellos cojeaban y tenían las plantas manchadas de sangre. Nadie había dormido o tomado alimento; ni siquiera resuello. Habían llegado a las fronteras del propio País de las Nubes.
El lugar hacía honor a su nombre. En las noches, las nubes frías se asentaban en los valles amarillos y verdes, aislado a los cerros como islas en un mar blanco. Cada día, la luz del sol disipaba las nieblas y dejaba ver un cielo azul y limpio que se extendía hacia la meseta septentrional. Había bosquecillos de encino dispersos entre
De esta manera le acontecio a Pluma de Quetz
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XV. Epilogo
Pasaron muchas penurias antes de aquél momento.
Supieron que habían llegado a su destino cuando de entre el verde cerrado de la vegetación brotaron destellos plateados de luz y les llegó a la boca el olor a sal en una brisa. Las aves que volaban por encima de ellos, con voces lastimeras hablaban de él.
-El mar- dijo ella simplemente cuando recuperó el aliento.
–Nunca imaginé que fuera tan poderoso y a la vez tan bello. Como una reina- filosofó él.
Los dos se apresuraron a llegar a la playa dejando las huellas de sus pies descalzos en la arena. Se sentaron y se deleitaro
De esta manera les sucedio a Tigrillo y Flor
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Matanza
Había dejado de llover, en una breve tregua del agua. Los viajeros, empapados, avanzaban a paso lento entre el fango, auxiliados por sus curiosos bastones. Iban retrasados, pero contentos de estar cada vez más cerca de la seguridad de su meta. El camino era arduo. Unos a otros, los viajeros se daban ánimos, se apoyaban, palmeándose unos a otros en su lengua secreta. La senda, aunque conocida y reconfortante, estaba llena de obstáculos; no insalvables, pero sí imponentes. Sólo trabajando en conjunto podían superar las barreras, de forma tan natural y espontánea que se dijera, estas no existían. Aludes, cañadas, puentes sobre el vacío podían ser atravesados. Todas sus voluntades concentradas en un solo objetivo, esa era la esencia de su pueblo y la raíz de su fuerza. La carga que transportaban era vital, y representaba la supervivencia. Días antes, contingentes enteros habían rastreado el sustento, perdido en un cálido mar verde que era la casa de todos. Con sus cuchillas, habían
Historias del Papaloapan
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Yocotzin y el cerro de cobre
Cacaxtli Pétatl, sobrino de la titular y el apoderado, recibía cada cierto tiempo la indeseable visita de los representantes del tlatoani.
Las fórmulas tradiciones eran respetadas, pese a la animosidad presente, y a que las dos partes sabían porque estaban ahí. Después de ese embrollo y falsa cortesía, la respuesta de él era siempre la misma:
-La tierra fue dada a la señora Itzpápalotl, y mientras ella viva, tenemos derecho a trabajarla.
Todo muy legal, todo muy en orden. Sin más que decir, los mensajeros se iban con la negativa de siempre a quejarse con el que los envió.
Al m
La bruja del Papalopapan
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De esta manera le acontecio a Flor de Jade
Pocas cosas hay tan hermosas como los atardeceres del País del Jade.
Pero esta vez el cielo dorado era manchado por el humo negro. Y el canto de los pájaros y el suave murmullo del Río de las Mariposas habían cedido ante el griterío de la batalla.
Habiendo luchado bajo el mando de su señor Bastón de Oro, los hombres del lugar conocían muy bien aquellos signos. Pero la hermana del gobernante, Flor de Jade, poco comprendía de las cosas de la guerra.
-¿Son los Caras Quemadas del Oeste? ¿No habían muerto todos?-preguntó a sus sirvientas, confundida.
Ellas tampoco supieron resp
La estirpe de Garra de Ocelote
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Juntos en el fin del mundo
Era ya la época de la quema, justo antes de las primeras lluvias de primavera. Llegado su tiempo, los campos silvestres eran convertidos en cenizas que alimentarían las milpas. Las columnas de humo se alzaban sobre Petén, indicando la faena desde lejos en una tierra sin montes.
Pero nada de esto había ocurrido. El azul limpio del cielo permanecía impasible. De un tiempo atrás, los pájaros habían hecho más fuertes sus cantos, sobrevolando en amplias parvadas. Y la maleza crecía donde debían brotar los primeros retoños de maíz.
Bolin y Meelen, acostumbrados a la soledad del exil
Los Hijos del Sol y la Luna
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De esta manera le sucedio a Ocho Venado (III)
-En Danibaá, todas las casas son de piedra, y está recubiertas de estuco pulido y pintado. Por eso resplandecen de blanco a la luz del sol al mediodía, y se tiñen de anaranjado durante las noches, reflejando la luz de los muchos braseros que se encienden para iluminarlas. Todas están perfectamente alineadas en una traza recta. Y son muchas, más de las que abarca la vista… -empezó Ocho Venado su propia historia.
Aquella descripción hizo bastante mella en los oyentes. Salvo la imponente –para ellos- fortaleza, los caseríos dispersos de Cerro del Chilar eran de carrizo y madera recubierta
De esta manera le sucedio a Ocho Venado
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Ixachillan
La estirpe de Garra de Ocelote 6
De esta manera le acontecio a Flor de Jade by Rufina-Tomoyo, literature
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De esta manera le acontecio a Flor de Jade
Pocas cosas hay tan hermosas como los atardeceres del País del Jade.
Pero esta vez el cielo dorado era manchado por el humo negro. Y el canto de los pájaros y el suave murmullo del Río de las Mariposas habían cedido ante el griterío de la batalla.
Habiendo luchado bajo el mando de su señor Bastón de Oro, los hombres del lugar conocían muy bien aquellos signos. Pero la hermana del gobernante, Flor de Jade, poco comprendía de las cosas de la guerra.
-¿Son los Caras Quemadas del Oeste? ¿No habían muerto todos?-preguntó a sus sirvientas, confundida.
Ellas tampoco supieron resp
La nariz de Garra de Jaguar by Rufina-Tomoyo, literature
Literature
La nariz de Garra de Jaguar
Un mutuo entendimiento siempre es mejor que una batalla que no se puede ganar.
Los Cinco gobernantes del País Bermejo finalmente reconocieron a un nuevo monarca.
El guerrero de adusto perfil apenas y había sido un noble segundón en el lejano País de la Cabeza de Serpiente, donde nadie se acordaba ya de él. Pero sus altos pómulos y su nariz aguileña le hacían semejante a los bajorrelieves que en ese lugar se tallaban con las efigies de los grandes; los que habían triunfado sobre sus enemigos, o habían pactado alianzas ventajosas.
Los Cinco del Consejo se habían inquietado al principio p
-¿Cuándo hablarán contigo? ¿Por qué crees que se molestarían en responder tus preguntas?- le dijo mientras lo veía regando los granos de maíz y los frijoles rojos sobre una estera.
-No molestes, mujer- masculló él entre dientes.
Así obraba el hombre para poder leer los signos que las semillas formaban, y con ello conocer la voluntad de los dioses. Pero para Flor de Amanecer, aquello era perder el tiempo, pues él no tenía el don de la adivinación. Ni lo obtendría a fuerza de práctica.
Con todo, él empezó a ver algo inusual entre las semillas que hab
Sólo los más viejos en aquella corte no se sorprendían de aquello; la historia se repetía. Muchos años antes, antes de que ciñera la corona de plumas verdes, Garra de Ocelote había tenido una hija: la joya más preciosa de Danibaá, a la que viera partir al País del Jade en pos de su prometido y su destino.
Más de treinta años después, la nieta que ahora se sentaba en su regazo era su descendiente y su viva imagen en la tierra. Dejando atrás el peso de su investidura, el ceñudo monarca que gobernaba el País de las Nubes se daba tiempo para jugar con la pequeña
-Se necesita una casta especial para gobernar. Alguien que no se vea afectado por las pobres pasiones del vulgo, sino que se sobreponga a ellas con grave ánimo; con la dignidad de un corazón viejo. Alguien que pueda interpretar la voluntad de los dioses, acatarla y hacerla cumplir…
Desde que naciera, el monarca mismo y los muchos preceptores que le asignó le inculcaron la idea de su rango, de su dignidad, y de las virtudes del guerrero. Pero no fue así como ocurrieron las cosas. Antaño se decía que los reyes eran de piedra; más nunca había sido así.
-No es fácil complacerlos, y las ofe